miércoles, 10 de octubre de 2007

AMOR DENTS


Como un verdadero remedio llegaste a mi corazón, justo cuando mi vuelo dejaba el sentido del amor, cuando los ardores de vivencias de amor se apoderaban de mis sentimientos, cuando la bella soledad, estaba de la mano con migo en todo momento de mi proyecto de vida. Solo mi gran tesoro, mi ángel Gabriel de mi vida podría haberme calmado con sus reflexiones iluminadas por sus sonrisas y su ferviente luz de cada amanecer por ser la razón de mí existir.

Jamás imaginé estamparme abruptamente en alguien que impactara, como aquel meteorito justo en el centro de mi corazón, en la penumbra de mis tristezas; jamás imagine que llegaras junto alas canciones que también repican en mi corazón y en tu corazón; Jamás imagine que también gustabas contar las estrellas, Jamás imagine que vibrarías junto a mí en cada canción que mi corazón seleccionó… sabrá porque.

Oír cada palabra tuya era sentir una nueva emoción, como cual descubridor sintiera al contemplar la maravilla de mujer escondida en el jardín de las ilusiones. Recibir un abrazo emocionante tuyo era sentir el manto de amor que me invitara a encontrar las puertas de tu corazón, tus abrazos no eran simples abrazos sino una lectura de tus sufrimientos y deseos de amar a alguien que se parezca a mí.

Amor Dents, Tuvo que ser una ves, solo una ves para que nuestros corazones se unieran o se separen de aquel eclipse de amor, aquella ves fue claro distinguirte entre brillos dentales que eras la mujer de mis sueños, la mujer que todos siempre soñamos y jamás los alcanzamos, por que ellas ya adornan extraños corazones, aunque confundidas pero ya son sueños de otros, trofeos de quienes alcanzaron su corazón pero jamás su amor.

Aquella noche salimos a caminar, la luna estaba con nosotros, las estrellas hacían coro a las canciones que juntos cantamos al salir de nuestro nido de amor, sentimos que nadie estuvo al nuestro alrededor y tu me decías que “éramos libres solo tu y yo” y a si fue, solos tu y yo cogidos de la mano, sintiendo el mismo sabor el mismo aroma del medio de nuestros sentimientos, nos embriagamos de amor y como cual príncipe acepte ser tu plebeyo descubriéndote a son de besos y caricias que aceleraban nuestros tañidos y esperanzas de requebrar tu corazón… Pero un error, fue mi error que acabó con esta quimera de amor y supe que solo yo te amaba y tu nunca lo harías, pero a si llegaste al crepúsculo de mi corazón, por ello te pido perdón por amarte a mi manera perdona si no quise ser objeto de solo tus deseos y aspiraciones, solo fui un amante y para mi serás por siempre un amor que vivirás recordada en cada canción y en cada dolencia dental.

Te dedico esta canción: Michael Bolton – Cuando un Hombre ama a una mujer

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