Las constantes ocurrencias en la mina “La Rinconada” como el ultimo suceso del incendio que afecto a mas de 200 familias, hacen que me dirija a las necias autoridades de la región de Puno, aquellos que recogieron miles de votos del pueblo olvidado, para decirles que: los pobladores de la rinconada no son bestias para olvidarse de ellos, son humanos, son nuestros hermanos a quienes no les dieron oportunidad de trabajo, a quienes se les excluyo de una calidad de vida, a quienes no se les atiende en sus urgentes necesidades de desarrollo. Muchos de ellos son inmigrantes de la cruda realidad del modelo de desarrollo individualista, ellos son los soldados de la lucha contra la pobreza que diariamente arengan salir adelante. Hombres mujeres y niños a costa de sus vidas que hoy padecen la indiferencia de aquellos “hipócritas pancistas” llamadas autoridades. La rinconada es un pueblo de todos los pueblos, porque ahí encontramos a paisanos de todas las sangres, de todas las provincias; pero desgraciadamente como toda ciudad perdida están acompañado de una infinidad de acicates de lacra social, como la violencia sangrienta, abandono, contaminación, informalidad laboral, prostitución y todas las plagas sociales que afectan directa e indirectamente a los ciudadanos que llegaron a los nevados de mas de 5,400 metros sobre el nivel del mar, en busca de nuevas esperanzas económicas para con su familia, sometiéndose a una consiente auto explotación por la minería informal y artesanal. A esto se suma la frágil postura de la armonía ciudadana, donde el bendito y maldito oro se convierte en un azuzador del crecimiento económico familiar; a si como del despilfarro inútil del capital logrado con tanto sacrificio.
Tal vez aquí surja una pregunta ¿Cómo hacemos para que el centro poblado de la rinconada se formalice como una verdadera ciudad? Todas las intervenciones del estado por los sucesos inesperados ocurridos en este pueblo, siempre fueron paliativos temporales que no contribuyen en absoluto a cambiar el estatus quo de sus pobladores. Por cuanto los problemas de la rinconada, son realmente dimensionales y no efímeras. Este pueblo no solamente requiere de dadivas asistenciales; mas bien requiere de políticas concretas para convertirse en una ciudad digna para trabajar y vivir. Son casi 40,000 pobladores que viven de la minería informal, y como tal debiera convertirse en un distrito, para a si contar con una transferencia presupuestal anual, el mismo que sea considerable y permanente para solucionar sus problemas de gran magnitud tales como: Salud, educación, saneamiento básico, Urbanismo, seguridad ciudadana, Vivienda, etc. Mas allá de una presencia efímera del estado, debiera instaurarse de manera permanente el principio de autoridad, con policías, Autoridades y vecinos de orden y respeto ciudadano; mas no con policías corruptas, que muchas veces suelen ir como castigo a estos lugares recónditos en la que las debilidades poblacionales son objetos de chantaje y encubrimiento.
Finalmente el gran factor condicionante a encontrar un mejor destino para el pueblo peregrino de la rinconada, está también en sus habitantes; ellos tienen que ser conscientes que el cambio no llegara del cielo, si no de sus mismos esfuerzos vecinales; forjadores y respetuosos para con su pueblo y sus próximas generaciones, caso contrario la rinconada solo existirá en leyenda y pesadilla sepultada por el infierno de vuestras malas practicas y formas de sobrevivir. Palabra del Pueblo.
*Articulo publicado en el Diario Correo y Pachamamaradio
Tal vez aquí surja una pregunta ¿Cómo hacemos para que el centro poblado de la rinconada se formalice como una verdadera ciudad? Todas las intervenciones del estado por los sucesos inesperados ocurridos en este pueblo, siempre fueron paliativos temporales que no contribuyen en absoluto a cambiar el estatus quo de sus pobladores. Por cuanto los problemas de la rinconada, son realmente dimensionales y no efímeras. Este pueblo no solamente requiere de dadivas asistenciales; mas bien requiere de políticas concretas para convertirse en una ciudad digna para trabajar y vivir. Son casi 40,000 pobladores que viven de la minería informal, y como tal debiera convertirse en un distrito, para a si contar con una transferencia presupuestal anual, el mismo que sea considerable y permanente para solucionar sus problemas de gran magnitud tales como: Salud, educación, saneamiento básico, Urbanismo, seguridad ciudadana, Vivienda, etc. Mas allá de una presencia efímera del estado, debiera instaurarse de manera permanente el principio de autoridad, con policías, Autoridades y vecinos de orden y respeto ciudadano; mas no con policías corruptas, que muchas veces suelen ir como castigo a estos lugares recónditos en la que las debilidades poblacionales son objetos de chantaje y encubrimiento.
Finalmente el gran factor condicionante a encontrar un mejor destino para el pueblo peregrino de la rinconada, está también en sus habitantes; ellos tienen que ser conscientes que el cambio no llegara del cielo, si no de sus mismos esfuerzos vecinales; forjadores y respetuosos para con su pueblo y sus próximas generaciones, caso contrario la rinconada solo existirá en leyenda y pesadilla sepultada por el infierno de vuestras malas practicas y formas de sobrevivir. Palabra del Pueblo.
*Articulo publicado en el Diario Correo y Pachamamaradio