Un medio televisivo me preguntó. ¿Qué opinión merece recordar el fatídico 29 de mayo? yo le respondí: porque solo un 29 de mayo se preocupaba en preguntar sobre el 29 de mayo del 2003. Para quienes recordamos y estuvimos aquel día, el pueblo universitario de Puno, estuvo en protesta solidaria con las reclamaciones del magisterio, salud, y otros sectores, y es cuando el ex-presidente Alejandro Toledo, declaró en estado de emergencia a varias regiones del Perú, otorgando a las fuerzas armadas y policiales, la licencia para matar a pueblo y estudiantes que estuvieron envueltos en el debacle social. Cuyo resultado fueron 50 heridos de bala y la muerte de Edy Quilca. Pasaron 5 años, y el actual dirigente Universitario de la FEUNA, tuvo que tomar el local de la Universidad para sesionar un acto cristiano conmemorativo, seguramente tuvo que suplicarle al cura para que celebre una misa. Tuvo que gritar cuello en alto a sus compañeros para que estos por un momento dejen sus libros y el chat para concentrarse en la puerta de la Universidad y posteriormente dirigirse a la plaza de armas de Puno, lugar donde escenificaron los acontecimientos de aquel infausto día satirizando la impunidad de los militares. Un acto que conmino a la reflexión ciudadana, medios de comunicación y autoridades. ¿Y la Rectora? A la rectora no le importó ni un comino, sino, hubiese declarado mínimamente “feriado laborable”. Pero vaya el reconocimiento a la población universitaria que implementó una creativa forma de reunir a los estamentos de la universidad en conmemoración de este día canallesco.
Fue masiva la concurrencia de la población en la romería, pero no se dejó de esperar la concurrencia pancista del 100% de militantes del “POP” (Partido de Oportunistas de Puno) entre las cuales estaban autoridades con sus clásicos rostros de piedra, que una vez más se comprometieron a buscar la “justicia”, “Trabajo” y “solidaridad” para las víctimas de este suceso. “estúpidas promesas otra vez” porque pasaron 5 años y no fueron capaces de acompañar en el seguimiento y apoyo de los procesos judiciales que hoy prosiguen los familiares y víctimas de este crimen, que está quedando en el olvido y sin resultado alguno. Porque los miserables victimarios aún están libres “vivitos y coleando”. Al recordar este día no podría más que expresar las misma palabras extraídas de los versos de “Modesto Málaga” quien titula que; “los grandes crímenes quedan sin castigo”. La Justicia no existe en el Perú.
En esta hora siniestra la justicia se cubre de duelo; y la ley, que reclama el asesinato para castigar es violada brutalmente sobre los cadáveres ensangrentados de las víctimas asesinadas. El silencio sigue el bullido amultuoso del crimen, pero el silencio de judas fue el más matador y espantoso de los silencios; porque ese silencio lo mató; Silencio que lo ahorcó. Pero ahora no preguntamos por los muertos. Preguntamos por los asesinos. ¿Cuántos de ellos ya están en el presidio? ¿Dónde están los procesos respectivos? ¿Donde están las sentencias condenatorias? ¿Dónde está la acción de los tribunales y de los jueces? ¿Es la justicia un convencionalismo o una mentira? ¿Son los tribunales y jueces cómplices encubridores de los asesinatos? ¡Que nos respondan! ¿Existe justicia en el Perú? Si existe, pero solo para perseguir y encarcelar a los débiles; a los desheredados, a los que llevan el sello de una desgracia en la frente; para los rateros al por menor; para los que nacieron, los que vinieron a la vida en hora negra, en que alumbraba la estrella de la fatalidad. Pero para los poderosos, para los que llevan su carruaje custodiado por la fuerza y por la riqueza; para los que abren su paso, por medio del rebaño humano, llevando en las manos el sable asesino de un Kaiser o el escudo de armas de un Roschil, no existe justicia alguna (son protegidos por la justicia). Los criminales tienen armas y uniformes, tienen leyes, tienen plata, tienen periodistas, tienen un presidente, congresistas y ministros que los protegen. El pueblo solo tiene su voz y puño en alto…Palabra del Pueblo.
Fue masiva la concurrencia de la población en la romería, pero no se dejó de esperar la concurrencia pancista del 100% de militantes del “POP” (Partido de Oportunistas de Puno) entre las cuales estaban autoridades con sus clásicos rostros de piedra, que una vez más se comprometieron a buscar la “justicia”, “Trabajo” y “solidaridad” para las víctimas de este suceso. “estúpidas promesas otra vez” porque pasaron 5 años y no fueron capaces de acompañar en el seguimiento y apoyo de los procesos judiciales que hoy prosiguen los familiares y víctimas de este crimen, que está quedando en el olvido y sin resultado alguno. Porque los miserables victimarios aún están libres “vivitos y coleando”. Al recordar este día no podría más que expresar las misma palabras extraídas de los versos de “Modesto Málaga” quien titula que; “los grandes crímenes quedan sin castigo”. La Justicia no existe en el Perú.
En esta hora siniestra la justicia se cubre de duelo; y la ley, que reclama el asesinato para castigar es violada brutalmente sobre los cadáveres ensangrentados de las víctimas asesinadas. El silencio sigue el bullido amultuoso del crimen, pero el silencio de judas fue el más matador y espantoso de los silencios; porque ese silencio lo mató; Silencio que lo ahorcó. Pero ahora no preguntamos por los muertos. Preguntamos por los asesinos. ¿Cuántos de ellos ya están en el presidio? ¿Dónde están los procesos respectivos? ¿Donde están las sentencias condenatorias? ¿Dónde está la acción de los tribunales y de los jueces? ¿Es la justicia un convencionalismo o una mentira? ¿Son los tribunales y jueces cómplices encubridores de los asesinatos? ¡Que nos respondan! ¿Existe justicia en el Perú? Si existe, pero solo para perseguir y encarcelar a los débiles; a los desheredados, a los que llevan el sello de una desgracia en la frente; para los rateros al por menor; para los que nacieron, los que vinieron a la vida en hora negra, en que alumbraba la estrella de la fatalidad. Pero para los poderosos, para los que llevan su carruaje custodiado por la fuerza y por la riqueza; para los que abren su paso, por medio del rebaño humano, llevando en las manos el sable asesino de un Kaiser o el escudo de armas de un Roschil, no existe justicia alguna (son protegidos por la justicia). Los criminales tienen armas y uniformes, tienen leyes, tienen plata, tienen periodistas, tienen un presidente, congresistas y ministros que los protegen. El pueblo solo tiene su voz y puño en alto…Palabra del Pueblo.