miércoles, 9 de abril de 2008

Homenaje al Azangarino Pedro Vilcapaza”

Por: Roger Cahua Villasante
El 08 de abril de 1782, se oyó como un estruendo, la voz de “Pedro Willka Apasa” emulando el grito libertario: ¡¡…Azangarinos por este sol que nos alumbra, aprended a morir como yo…!! Aquellas palabras retumbaron desde la plaza principal de Azángaro, haciendo temblar la estructura del sistema de dominación colonial que oprimía al pueblo peruano. Aquel luchador social que escribiera con su propia sangre la historia viviente del Perú, núcleo principal del tawantinsuyo, es hoy conmemorada por los hermanos de nuestro pueblo Quechua, el pueblo de los Aswanqharis, el pueblo de los más hombres.
Tal vez, hasta estos días las palabras del luchador social vienen pronunciándose como un cliché en las ceremonias de conmemoración que hicieran las autoridades opresoras al pueblo; sumergiéndonos a la continua pobreza, viviendo a costa de nuestros dineros, hablando bonito en los discursos y al mismo tiempo ultrajando el desarrollo de nuestros pueblos. El último discurso de “Pedro Willka Apasa”, contienen palabras filosóficamente sostenibles, llamándonos a la reflexión, motivación de una rebelión continua. Empecemos primero a escudriñar la primera frase que dice: “Azangarinos por este sol que nos alumbra”- estas palabras significan que no hay nada oculto bajo el sol, que una gesta en defensa de nuestros derechos debe ser transparente y ante los ojos del pueblo que refleja la luz de la justicia popular, la justicia divina en contra de los opresores, tal vez Pedro Vilcapaza quiso decir: “Azangarinos hijos del sol miren que ofrendo mi vida por nuestra libertad y muero limpio y transparente sin traicionar a nadie”. La segunda parte de la frase dice: “Aprended a morir como yo” – Esta palabra nos convoca a ser valientes y cualquier decisión que tomemos en defensa de nuestros pueblos, debemos de estar dispuestos a entregar nuestras vidas y escribir con nuestra sangre la historia de la gesta revolucionaria continua, aunque en estos tiempos la opresión se ha modernizado a través de un sistema económico neoliberal, debida y perfectamente estructurada el cual esto nos convoca a modernizar nuestros instrumentos de lucha. Primero sea en los espacios democráticos desde el punto de vista legal, político, social y económico, terminando en las últimas consecuencias que la vida nos lo permite.
Durante el ajusticiamiento a Pedro Vilcapaza le ofrecieron el perdón, siempre en cuando se comprometiera bajo juramento de olvidarse de los levantamientos y que confiese donde están escondidos los tesoros conseguidos por el ejército revolucionario. “El Puma Indomable” respondió diciendo: “Si les digo donde están los tesoros, me matan, si no les digo, también me matan. Prefiero callarme”. Esto significa que cuando uno asume un liderazgo, una lucha social, o una dirigencia; asume ofrendar su vida por una causa justa, una causa del pueblo aunque el pueblo haya herrado el líder siempre debiera sacrificar hasta sus últimos recursos, lo que implica que muy a pesar que nuestras vidas estén en riesgo por necesidad, amenaza de muerte, dedicación de tiempo exclusiva al liderazgo; no podemos desertar del principio de lucha social, aunque estemos en una economía de libre mercado instaurada por el liberalismo basada en la teoría Adamista - individualista, sin embargo hay que tener presente que Jhon Nash a basureado esta teoría a través de su tesis “La riqueza de las naciones”.
Las Palabras de Pedro Vilcapaza como modernamente lo llaman, debe ser una reflexión para los comunes caudillos dirigentes que venden su conciencia a cambio de un plato de lentejas con tal de traicionar a las causas justas del pueblo. A si mismo también hay caudillos que solo son buenos para hablar de revolución, pero en su práctica quiebran el principio del pueblo, corrompiéndose a contra-natura por su propios intereses personales haciéndose felices a sí mismos, pero haciendo infelices a las mayorías.
En remembranza a día heroico, concluyo diciendo: “Aún soy un joven que contemplo acaecer mi savia de mocedad efímera, pero me arde el sentimiento por la tierra que me vio nacer y crecer, porque poseo incrustado en mi corazón, alma y pensamiento lo rebelde y feroz de mi raza quechua, para que con el rugir de un “aswanqhari” puma indomable ahuyente al profano y mi pluma dispare rojas balas de sangre, impregnándose en la historia de nuestra victoriosa revolución…”. Palabra del Pueblo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

COMO ESTA CHOLITO AZANGARINO , SALUDOS RUNA SIMIPIPUNICHA KAMAN LLACTANCHISPAS UYURINAPAC